Veía a través de la ventana como las hojas se movían por culpa del viento insolente, el sol penetraba por la persiana, dañada por el paso del tiempo y el poco cuidado que los hombres le propinaban, la luz sombría que inundaba el lugar generaba imágenes abstractas, llenas de fantasía. En una templada tarde otoñal en aquel lugar se oía una voz, blanda, poco creíble, con rasgos de inexperiencia, acompañada de una sobria timidez. Aquella situación distraía toda mi atención.
La incomodidad del lugar, el juego de luz y sombra elevan mi imaginación, logrando sacar mi mente a una especie de transición temporal, en busca de preguntas y respuestas, a veces volvía en si, y nuevamente esa voz inexperta me hacia dudar, el silencio del resto se convertía en cómplice de la situación. Consternación, dudas y más dudas afloran en el lugar, disconformidad que se hacia mas notoria, distracción generalizada, la gente que allí se encontraba solo levantaba los hombros para responder las preguntas de aquel personaje de voz insegura.
Miradas y sonrisas esquivas delataban la realidad, algunos abandonaron antes de finalizar la sesión, algunos cambiaban de ubicación, pero todo seguía igual, solo el reloj, firme y consecuente da el término a esta extraña situación, sin…Futuro.
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